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Categoría: Lésbicos

LA MEJOR RECONCILIACIÓN

"Nono y Estrella se reconcilian de la mejor manera posible"

 

Estrella y yo llevábamos meses tonteando y picandonos a partes iguales. Ella al principio me ponía de los nervios, era muy estirada y siempre ponía caras raras cuando hacía una broma o ponía reguetón en las fiestas. 

Todo cambió al final de una de estas fiestas, cuando las dos (que íbamos bastante puestas) nos quedamos solas tumbadas en el salón. Hasta entonces no me había dado cuenta de que en realidad me sentía muy a gusto con ella, y ella parecía sentirse muy bien conmigo. 

Al estar las dos tumbadas la podía notar muy cerca, y me moví para estar más cerca de ella y poder hablar. Ella se incorporó un poco y cogió mi mano con sus dedos. Me la acercó a su pecho y me miraba muy fijamente. 

  • ¿Tú notas que el corazón me va rápido o soy solo yo?

Me concentré mucho pero me costaba sentir su corazón porque estaba respirando muy fuerte. 

  • No lo sé, sólo te noto respirar. 
  • Vale, pues dejaré de hacerlo.

Estaba más colocada de lo que yo creía. Fingí concentrarme mucho y asentí con la cabeza.

  • Estás bien, ven que vamos a beber un poco de agua. 

El resto de colegas se habían ido fuera los muy capullos para dejarnos solas y que arreglaramos nuestras diferencias. Le di agua para que bebiera y le hice lavarse la cara. Cuando terminó la sequé con una toalla y ella me cogió la muñeca y me quitó el trapo. Me besó los dedos uno por uno, y a mí se me aceleraba la respiración. 

  • ¿Estás segura? ¿Has estado con alguna chica antes?

Ella no me contestó, solo se metía mis dedos en la boca y los chupaba. Pensé que había visto demasiado porno y estaba demasiado puesta así que no me gustaba la idea de hacer nada en ese momento. 

  • Ven, vamos a la cama. Estoy cansada.

Ella se quejó un poco, pero a los dos minutos se quedó dormida.

Yo volví a la fiesta y les eché la bronca a mis amigos por la encerrona. A las pocas horas nos fuimos a dormir. 

 

Me desperté asustada con una luz directamente en la cara. 

  • Hola Bella Durmiente.

Era Estrella.

  • Oye Estrella, ¿Cómo te encuentras? Ayer tomaste mucho y la verdad es que estabas bastante mal. 

Ella me miró muy seria un momento. 

  • Recuerdo que estabas muy preocupada por mí. Me hiciste beber y lavarme la cara. Muchas gracias. Pero la verdad algo se nos quedó a medias, ¿no?

Antes de darme tiempo a responder se había subido a la cama y me estaba besando. 

Mientras nos besábamos ella fue deshaciendose de su ropa y de las sábanas. 

Me quedé embobada mirando su cuerpo. Tenía las piernas larguísimas y super fuertes de tanto deporte. Sus pechos eran muy pequeños pero tenían la forma perfecta y su pelo caía perfectamente hasta casi el culo. Me pareció tan preciosa que perfectamente podría ser una ninfa recién salida del bosque. 

Le cogí la mano y empecé a lamer sus dedos y a hacer como que le hacía una mamada como ella hizo anoche. Ella gimió flojito. Se me acercó a la oreja y me susurró:

  • No tenemos que ser silenciosas en realidad, se han ido a desayunar. 

Ambas gemimos más fuerte a la vez.

Ya nos habíamos quedado sin nada de ropa ninguna de las dos, y la cogí de debajo del culo para que se pusiera en cuclillas. Me bajé un poco para quedar justo debajo de ella y le apreté desde la barriga para que se sentara. Empecé a lamer poco a poco mientras ella se estremecía y se movía hacia delante y hacia atrás marcándome el ritmo. Echó una mano hacia atrás y me masturbaba mientras se movía y me dio la otra mano para mantener el equilibrio. 

  • Si llego a saber qué haríamos las paces así me habría portado mucho peor - me decía. 

Empezó a moverse más rápido y le apreté el culo para tenerla todavía más cerca cuando se corrió en mi cara. Me agarró de la cara cuando se quitó de encima y me besó. 

  • No me gusta cómo huelo - me susurró.
  • Pues estás deliciosa - le dije.

Se levantó de la cama y abrió un armario del que sacó dos toallas grandes.

La seguí hasta el lavabo y se metió en la ducha. Yo me senté en el váter pero ella me dijo que no, que me metiera ya en la ducha. La miré confundida. 

  • ¿Tienes que cagar? - me preguntó.
  • No, pero me muero de ganas de mear.
  • Ven.

Me metí en la ducha con ella, y ella se puso de rodillas. Cuando estaba de rodillas me besó en las dos rodillas y luego en el ombligo y por último en el principio de mis pelos.

  • Ahora, mea.

Empecé a mear y ella se puso debajo de mi pis. Al principio me dio muchísimo asco pero conforme empezó a acariciarme y chuparme me empecé a sentir poderosa (y cachonda). 

Cuando terminé, me lamió hasta que no quedaba ni una gota. Después, con mucho cariño me mojó y me enjabonó entera. Cuando estuve totalmente llena de jabón me volvió a pasar agua y cuando estuve limpia del todo me mordió el labio y me atrajo hasta que no había ni aire entre nosotras. 

  • Ábrete Nono - me dijo.

Me estampó contra la pared y me metió dos dedos mientras me besaba y me mordía el cuello. Me moría de ganas de gritar de placer y ella se dio cuenta. 

  • Grita para mí.

Así que lo hice. 

Terminamos justo a tiempo porque justo nos vestimos y bajamos al piso de abajo cuando el resto llegaban de desayunar. 

  • Qué buena cara hacéis, es la ducha que es una maravilla a que sí?
Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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