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Categoría: Infidelidad

LA JEFA NECESITADA

Hoy les voy a contar lo que sucedió con una amiga, bueno en realidad era la jefa del área donde yo trabajaba, su nombre es Hana, una mujer de 1,58, ojos claros, bonita sonrisa, un muy buen trasero y unas buenas piernas, todos en la oficina querían comérsela, pero ella era novia o pareja del coordinador así que era imposible eso.

 

Conforme paso el tiempo, comenzamos una buena amistad, admito que yo al principio pesé a lo sabrosa que estaba no la vi con morbo, la respetaba mucho por ser trabajadora, inteligente y muy decidida, eso me hizo admirarla, así que en un punto más que amigos sentía que éramos familia.

 

Ella traía broncas con su pareja que también era mi amigo, yo sabía eso porque en algún punto me volví su confidente, en ese momento ella estaba mal, ya que la relación parecía que terminaría pronto, ellos iban hablar un sábado para ver a que acuerdos llegaban, yo estaba preocupado por ella así que una vez pasado la hora en la que hablarían, le llame.

 

T: ¡Hola! ¿Como te fue?

 

H: ¡Hola!! ¡Pues yo creo que mal!

 

T: ¿No arreglaron nada?

 

H: Pues no, de hecho, ¡creo que nos distanciaremos!

 

Se escuchaba triste, enojada, en ese momento se me ocurrió una idea.

 

T: Oye, no quieres ir a los bolos o al villar, eso talvez te distraiga

 

H: No sé, ¡la verdad no tengo ganas!

 

T: Lo sé, pero no quiero que te sientas mal, ¡quiero que mínimo te distraigas!

 

H: Pues si verdad, está bien, nos vemos a las 8 te parece’

 

T: Si, paso por ti.

 

Pase por ella a la hora acordad y dios, después de bastante tiempo la vi con morbo, se veía muy bien, una calza gris que transparentaba su tanga, su blusa negra sin magas solo cubierta por un suéter entallado color rosa, la verdad me quede mudo, se veía buenísima.

 

T: ¡Bien! ¿Estas listas?

 

H: ¡Si, vámonos!

 

Tomamos un taxi y fuimos al lugar, jugamos primero una línea de bolos, pero ella aún no estaba muy bien, después jugamos billar, ahí comenzó a reír y sentirse ya más tranquila, después de unas cuantas rondas de pool nos fuimos al área de karaoke, ahí pedimos unos tarros de cerveza y comenzamos a platicar.

 

Ella se desahogaba y me preguntaba si había algo de malo en ella, obviamente yo la alentaba a que se sintiera mejor, que no se desanimara y en lo que yo le decía eso ella ya pedía su segundo tarro de cerveza.

 

Unos minutos después ya tenía el tercero y con los cachetes rojos se le comenzó a soltar la lengua.

 

H: Sabes, estoy harta de ese señor, nunc esta, me dejo en ese departamento, ¡es más ni sexo tenemos!

 

Su declaración movió algo en mí, en ese instante comencé a verla con deseo, el imaginarme que estaba nueva, sin usar me dieron ganas de darle mi verga, pero me relajé y me puse a bailar con ella.

 

Hana se me pegaba mucho, sentía sus duras nalgas, en el merengue me repegaba su pepa, yo estaba excitadísimo no sabía que hacer, verla menear las caderas me daban ganas de desnudarla y metérsela sin piedad.

 

Una vez más y mientras bebía un tarro más de cerveza seguía cuestionándome muchas cosas a lo que yo sarcásticamente le decía que no, que ella estaba súper, sabía que tenía que ser listo, mi adrenalina me ganaba y el deseo por tenerla me domino, así que mientras la escuchaba le daba más cerveza hasta que al parecer ya estaba lista para ser mía.

 

H: ¿Oye soy bonita?

 

T: ¡Claro que lo eres!

 

H: ¿Oye, tengo bonito cuerpo?

 

T: ¡Obviamente, estas buenísima! ¡Con todo respeto!

 

H: ¿Así? estás jugando conmigo!

 

T: ¡Claro que no, que no te haría, día y noche no saldríamos de la cama!

 

Ella me miro me sonrió y yo sin dudarlo comencé a acariciarle sus piernas, sus brazos y de repente puse mi mano en su conchita, solo vi cómo se erizo me miro y comenzamos a besarnos, mientras nos besábamos le agarraba ese riquísimo trasero.

 

T: ¡Vámonos de aquí!

 

H: ¡Vamos al departamento!

 

T: ¡Pues vamos!

 

Pague la cuenta y salimos para dirigirnos a su departamento, ya ahí la pasión se desbordo más, la besaba con pasión, su cuello, acariciaba sus tetas, sus nalgas que tanto deseaba y mientras ella repagaba su pepita en mi verga, la lleve a su habitación y nos desnudamos mutuamente, yo todo acelerado agarre sus nalgas con desesperación y comencé a morderlas como si fuera mi última comida, ¡mientras ella jadeaba muy excitantemente!

 

T: ¡Que ricas nalgas, que estúpido tu marido por no comérselas!

 

H: ¡No digas eso, no hables de él!

 

T: ¡Es verdad nena, que rica estas!

 

¡La acosté en la cama y bajé a chuparle su pepita depilada y blanca, ella se retorcía riquísimo, yo metía y sacaba mi lengua, acariciaba su clítoris con mis dedos, sus gemidos me ponían más excitado en eso ella me dijo “yo también quiero chupar” me levante y nos acomodamos para un delicioso 69, me di cuenta que era una come vergas deprimida ya que se tragaba mi pito como si nunca hubiera comido!

 

T: ¡Hana!! ¡Que rico lo chupas!

 

L: ¡La tienes enorme! ¡Apenas si me entra!

 

¡Sus chupadas eran deliciosas, yo no podía creer que mi jefa me estuviera dando una rica mamada, yo me daba gusto lamiendo sus labios vaginales y metiéndole mis dedos, su vagina estaba caliente y humedísima, lista para mi verga dura!

 

Después de gozar de sus ricas chupadas y de darme gusto con su rica pepa, le levante las piernas para un rico patitas al hombro, no use condón y mi verga entraba riquísimo, ella lanzaba pequeños gemidos mientras cerraba los ojos, me movía normal, mis manos acariciaban sus piernas y sus nalgas, ella me abrazaba y me besaba el cuello, ¡la puse de cucharita y mientras besaba su espalda mi macana entraba y salía más fuerte!

 

T: ¿Te gusta hermosa, te gusta lo que te hago?

 

H: ¡Si, síguele así!

 

T: ¡Desde que te conocí te quería coger!

 

H: ¡No seas mal hablado y mejor síguele nene!

 

¡La puse de perrito, se la daba duro y suave lo que la hacía gemir tan fuerte que sentía que se escuchaba hasta la calle, le daba pequeñas nalgadas y sin que se diera cuenta graba lo que acontecía, ella movía deliciosamente su cadera, se empinaba todita y mi verga entraba por completo!

 

H: ¡Que rico, nunca me habían cogido tan rico!

 

T: ¡Te mueves riquísimo, que abandonada te tienen!

 

H: Dios, ¡uhm!! ¡Mas, sigue!!

 

T: ¡Me encanta que me la pidas!

 

Me acosté y la subí encima de mí, ella movía su cadera bien rica como una licuadora, yo apretaba sus tetas y ella me arañaba de placer, ¡métemela toda!, ¡no pares por favor!, me gritaba toda extasiada.

 

Yo me movía también, la apretaba las piernas, la besaba, le mordía sus pezones, la estaba cogiendo como nunca nadie lo había hecho, ¡esa sumisa resulto tan fiera que no creía que estuviera dándose sentones arriba de mí!

 

En ese momento supe que todo cambiaria y mientras me cabalgaba rico la imagen de nuestra amistad se había borrado

 

H: ¡No le vayas a contar a nadie, será secreto!

 

T: ¡Como tú digas, sabes que siempre te obedezco en todo!

 

H: ¡Que rico lo haces, me voy a venir!

 

T: ¡pues córrete, uhm!!

 

¡Ella comenzó a moverse como loca, sus caderas hacían que su vagina devorara mi verga de una forma tan rica que yo igual comencé a sentir que me venía!

 

T: ¡Así jefa, muévete, muévete rico!

 

H: ¡Dios mío, que placer, no pares!

 

¡Sentí como se vino y me mojo todo, eso me excito más, así que aprovechando que estaba todo lubricado y yo aun estaba duro a pesar de venirme dentro de ella, la empiné y se la metí por el culo!

 

Sentía como mi verga era exprimida por un culo virgen y ella gritaba, ¡pero al mismo tiempo me agarraba para que no se la sacara!

 

H: ¡Me duele, dios mío, pero que rico se siente!

 

T: ¡Hana!! que culo más apretado, me exprimes todito!

 

H: ¡Tyson, me matas, me matas! ¡Uhm!! Agh!!!

 

¡Ella seguía escurriendo del orgasmo que sentía al tenerme en su culo, yo le daba de nalgadas y le apretaba sus tetas!

 

T: ¡Hana me voy a venir!

 

H: ¡Si hermoso, vente, uhm!! ¡Que rico, ah!!!, uhm!!

 

¡Sin dudarlo me vine en su culo! un grito excitante salió de su boca, ella se dio vuelta y metió mi verga en su boca, la lamia y limpiaba todo el semen que aun salía, yo gemía del placer que eso me provocaba, terminamos en su cama abrazados y me dijo, ¡quiero más!, yo sonreí y entonces cogimos toda la noche oral vaginal y anal fue la orden de la noche.

 

A partir de ahí nos volvimos amantes, supimos llevar todo y aunque se reconcilio con su pareja, eso no impedía que disfrutara su rico cuerpo.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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