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Categoría: Confesiones

EN UN SPA

"Mi amiga me invitó a un nuevo spa y yo no estaba del todo convencida en quedarme pero estando alli descubri que este lugar tenian muchas deliciosas sorpresas que bien supe disfrutar plenamente"

 

UN NUEVO SPA

Mi amiga Samanta apareció un día próximo al fin de semana llamando a mi puerta.

Habíamos quedado en juntarnos ese día, pero increíblemente ella se apareció en mi casa una hora antes de la indicada diciéndome que me daría una gran sorpresa y luego me llevó a un nuevo spa que recién abría sus puertas en nuestra ciudad.

Llegamos aquel lugar en mitad de la tarde, era jueves y nuestros maridos tenían este día reservado para jugar al póker hasta muy tarde en la noche, e igualmente nosotras elegimos ese día para consentirnos y ponernos más bellas.

Samantha y yo nos entretuvimos conversando mientras esperamos nuestros respectivos turnos y cuando llegó el mío una joven de baja estatura y muy arreglada me indica que pase a la sala en donde procederían con el tratamiento.

Una vez allí dentro veo que un galanazo de unos 27 años con tremendo cuerpo atlético vestido con una franela blanca sin mangas que dejaba apreciar sus grandes músculos y un pantalón de licra blanco también, que no dejaba nada a la imaginación si es que una se preguntaba que tan bien dotado estaba.

La chica que me recibió procedió a presentármelo indicándome que este era quien al parecer me atendería y luego se retiró.

Yo sonreí toda nerviosa por aquel espectáculo de aquel machazo de cintura delgada y con semejantes piernotas tan bien formadas que me fue imposible no imaginarme sentada en estas.

Y confieso que me extraño que fuesen chicos los que atendían allí ya que siempre había visto chicas ocuparse de estas cosas, en tanto me estaba pareciendo estupendo hacerme a la idea de que en lo adelante unas fuertes y gruesas manos como aquellas serian las que me darían masajes por todo el cuerpo.

El chico al ver que yo me quedaba allí paradota como tonta, me invita a pasar a un pequeño baño que me indicó al fondo de la habitación y que me envolviera en la tolla que allí encontraría.

Yo hice exactamente lo mismo; me quite toda la ropita, recogí mi cabello en la parte superior de la cabeza y regresé a donde estaba aquel moreno de ojos castaños y mirada penetrante.

Me subí a la camilla de masajes, poniéndome boca abajo iniciando la relajación mental que este me indico mientras me ponía un aromático aceite de sándalo por toda mi espaldita.

Ahora te vas a relajar mucho, me dijo el mientras que masajeaba mi espalda y me decía que me sentía tensa, que era importante que intentara relajar mis músculos para que el pudiera darme un masaje de calidad.

Bueno y al cabo de unos minutos sintiendo esas manos de primor sobre mi espalda, conseguí sentirme más en confianza y tranquila. Entonces el me decía cosas como que tenia una piel muy suave y que de seguro la cuidaba mucho.

Le respondí que así era que siempre me esmeraba en el cuidado de mi cuerpo.

Dijo eso es importante y en eso estaba tan cerca de mi nuca que yo pude sentir su aliento en mi cuello cosa que me encendió como no se imaginan.

Respiré profundamente y sentí como una corriente extraña recorría toda mi piel en conjunto con el tacto y ritmo de las manos masculinas.

Me di cuenta como cada vez sus manos iban descendiendo por mi espalda y se detiene, toma otro frasco de humectante para la piel con olor a rosas y canelas que comienza a esparcir en mis piernas.

Para hacer esto me sube un poco la toalla cosa que esta queda a mitad de mis muslos, luego continúa con suaves masajes por mis piernas, desde la mitad de estas hasta las pantorrillas y viceversa.

Cada vez que los masajes iban en ascenso sus manos llegaban más allá de lo que marcaba la toalla y entre veces chocaba con mis pompis cosa que me gustaba porque se sentía bien erótico y pronto como esto ocurre mi mente comienza a volar.

Luego me indicó que separara un poco mis piernas para masajear la cara interior de mis muslos, con solo sentir sus dedos allí al indicarme que le abriera paso, me comencé a calentar deliciosamente.

Y una vez que hago lo acordado, este continua con su masaje, pero esta vez se detiene y me pregunta si deseo que el masaje se extienda a los muslos completos y yo respondo a modo de broma que por supuesto ya que no me iba a dejar a medias y el chico se carcajeo gustosamente para luego responderme que él no estaba en posición de dejarme a medias.

Entendí que había captado el doble sentido que use en mis palabras y de este modo me daba pie para seguir con el juego.

Le dije entonces que me agradaba escuchar aquello porque odiaba que me dejaran a mitad.

A lo que este responde que claro, y que el también odiaba las cosas a medias, por eso le gustaba dar un servicio completo.

Ese muchacho decía cada palabra con un tono tan sensual que tal pareciera que provocaba un orgasmo al escucharlo ya que tenia una voz muy varonil y en conjunto con lo bien que sabia mover las manos, además de que supuestamente en forma distraída este dejaba que sus dedos llegaran más lejos de lo debido rosándome el borde donde terminan las piernas y comienzan las nalgas, era para morirse.

Continuó así por un buen rato y yo cada vez que sus manos iban en ascenso me quedaba a la expectativa de que me chocara “sin pretender “en las nalgas ya que me estaba causando un placer intenso no tanto como cuando en una de esas sus manos llegaron más arriba del nacimiento de mis piernas, solo un poquitito para luego bajar por estas y colocarse entre mis muslos de modo que roso mis genitales.

Yo no traía panti y el lo notó y volvió hacer como que sin pretenderlo me rosaba. Yo estaba que despedía fuego de mi cuerpo y la era una verdadera tortura sentir que sus manos iban en esa dirección y cuando justo quedaba un trecho para que sus dedos rosaran mis genitales, este se detenía.

Entonces yo separé un poco más mis piernas y este como que entendió el mensaje ya que se concentró en mis muslos para darme masajes y cada vez sus manos se deslizaban más a la parte interior de mis muslos e iba acercándose lentamente al centro en mi entrepierna que estaba que palpitaba de tanta calentura.

Y por fin en una de esas sus manos llegaron a mi entrepierna y yo sentí una especie de necesidad inmensa de ser tocada por el. Se me aceleró el corazón y mis genitales se humedecían a cada segundo que pasaba más. El, con una mano me abrió las nalgas lentamente y con la otra con el dedo corazón el chico lo deslizó hacia arriba y abajo entre mis labios sexuales.

Yo me mordí el labio inferior loca de excitación y él continuó con la caricia lentamente torturándome así por unos minutos y yo ya comenzaba a jadear loca del gusto que me estaba dando con su dedo que después hundió cuidadosamente por mi vagina.

Siguió así dándome dedo por un buen rato y yo enloqueciendo del gusto que me impulsaba a mover mis caderas recibiendo ese dedo increíble que me daba el chico.

Era fascinante sentir como lo entraba y sacaba y el como este se mojaba y resbalaba entre mi sexo que estaba totalmente lubricado por mis flujos vaginales.

Entonces le dije que ya no podía más que me tenia loca de la fogosidad que me estaba haciendo sentir y entonces él se detuvo un segundo y yo intenté volverme a ver que hacia pero su mano fuerte se posó en mi espalda indicándome que permaneciera así como estaba, entonces lo siguiente que sentí fue cuando el me halaba hasta la parte baja de la camilla poniéndome en una posición que mis nalgas quedaban totalmente expuestas e inclinadas hacia él que de inmediato agarró mi trasero, lo levanto un poco haciéndome quedar a gastas o en cuatro patas, para luego meter su boca en medio y comenzar a hacerme el mejor sexo oral que me hayan hecho en mi vida.

No se si era por la posición tan sexy y arrebatadora en que el me había puesto o por el sabor de lo prohibido que resultaba aquello, pero yo estaba sintiendo bien rico aquellas chupadas en mi sexo que me era incontenible el que se me escapara a cada rato un gritito de placer y el suplicarle que no se detuviera y que me lo siguiera comiendo así bien rico como estaba haciéndolo.

El al escuchar eso entonces procedió a abrirme las piernas aun más y comerme todo el sexo abriendo sus labios y moviendo su lengua de una forma tan exquisita que yo entendía que no iba a tardar en venirme de seguir con este estilo de movimiento tan sabroso y abriendo así su boca besándomelo con desenfreno. Luego comenzó a darme dedo en la vagina usando dos y yo estaba que la cabeza me daba vueltas de tanto gusto.

Habría querido aguantarme un rato más para seguir saboreando aquella ricura pero no aguanté más placer y me vine placenteramente.

Todo mi cuerpo quedo temblando al experimentar aquel gozo de lujuria y aprecié el como se relajó por completo.

Entonces me acosté boca arriba y el chico me dijo ¿quieres vino?, obviamente le dije que si y me pasó una copa de vino tinto que degusté con fascinada analizando la maravillosa y placentera experiencia que acaba de tener, mientras me quedaba viendo aquellos ojos hechizantes que no apartaban ni por un instante su vista de mi cuerpo desnudo…

Continuará.

Datos del Relato
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