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DULCE RUBITO 9

DULCE RUBITO 9

 

Han dormido una larga siesta, pegados uno contra el otro, se han despertado a medias y se han hecho mimos y caricias para volver a dormitar, están como en un sueño.

Al fin abren los ojos y se ubican donde están, el primero en hacerlo es el viejo macho Renato que tiene una erección de caballo. Muy dura, muy firme, Rubito se gira para acá y para allá y ve la monumental poronga que lo espera ansioso.

El chico la toca, la agarra firmemente, y la masajea, provocando los gemidos del viejo. Con los dedos le pellizca los pezones al viejo Renato que gruñe cada vez con más intensidad.

__Ohhh nene que placer me das…

__¿Te gusta abuelito?

__Si, si sigue ahhh__ la vergota del hombre se hincha mucho mas. Las caricias del dulce Rubito hacen que el macho se enerve, se ponga más caliente de lo que está.

__Quiero cogerte ese culote que tienes nene, dámelo, quiero cogerte ya mismo…sabes, mira en ese cajón hay una crema, quiero pasártela…__ el chico busco dejando un momento la poronga del hombre, hurgo en el cajón y allí estaba el pomo, lo saco y se lo dio en las manos al viejo macho que sonreía satisfecho. Lleno de lujuria los ojos.

Paseo con sus dedos hundiéndolos sin piedad, facilitando la penetración. Los quejidos del chico hacían que el viejo se excitara mucho más.

__Ohh Rubito este anillo tuyo es tan apretadito, tan rico, mi verga quiere hundirse en ese túnel…__ diciendo así pasa su pedazo de carne por las nalgas untadas en crema, busca meterse en medio, busca meterse dentro del chico que gime, la vergota va entrando, empuja, entra, lloriquea Rubito, lo va ensartando de costado, le pellizca los pezones erectos al jovencito, por fin está adentro completamente, Rubito se arquea para que el pedazo penetre del todo, finalmente está adentro totalmente.

__Ohhh mi vida, nene, que colita tienes, Ufff, ahhh,…

__Abuelito cógeme, cógeme, dame tu verga, a fondo, siiiii, ahhh__ el viejo macho va y viene, de manera controlada, a pesar de la excitación. Muerde los hombros del chico. Besa el cuello entregado. Disfruta de ese culito caliente, dilatado, baboso.

La pija de Rubito también se ha levantado. Renato le da unas caricias de vez en cuando, aprieta los huevos del chico, juega con ellos, con pasión, con locura, le gusta que chille aquel chico ensartado con su pedazo de carne.

__Ponte en cuatro que quiero cogerte en perrito, quieres cariño, ohhh como me gusta tu cola, quiero poseerte todo el día, ahhh así ponte en cuatro así saca tu culo, dáselo a tu abuelito así, ohhh así__ el viejo macho se agarra muy fuertemente de las caderas del chico, lo atrae hacia él. Penetra su vara hasta lo más hondo golpeando sus bolas en las nalgas.

Le da duro, su garrote está muy inflado, muy duro,  araña las nalgas y le da chirlos, uno, dos y sigue hasta poner coloradas esas nalgas del infarto. La piel se enrojece. Se calienta mucho más. Los corazones galopan y bombean. Como el viejo Renato bombea al chico que lloriquea de placer al ser ensartado.

___Que gusto…ahhh…me gusta tanto estar dentro de ti…ohhh nene, como me gusta cogerte…__ se aferra a las caderas sinuosas, casi perfectas de el dulce Rubito que sigue levantando la cola lo mas que puede para que aquel macho se sirva del manjar de su ojete dispuesto y dilatado, chorreando jugos.

En un momento aplasta al chico y cae contra el quedando pegados, aprovecha el viejo Renato, para morder la nuca y las orejas, mojar con saliva, marcar el territorio. Se levanta otra vez el viejo y saca el pedazo bamboleante de carne, y hace que el chico se siente suavemente sobre el dándole la espalda.

El machete se hunde en el cuerpo vibrante del jovencito emputecido de carne y deseo, de lujuria. Grita, gruñe, gimotea y lloriquea .Rubito se sienta tirando el cuello hacia atrás y se clava la espada hasta el fondo. Renato suspira, se controla y de paso agarra la pija del chico y la sacude, quiere llevarlo al clímax nuevamente, quiere que le largue la lechita en sus manos, la quiere, sacude la verga dura del jovencito. Rubito casi salta sobre la humanidad de Renato, el viejo macho, que no cede en su afán de tener el jugo del chico en sus manos.

__Ohh abuelito…me vas a hacer acabar otra vez, eres un demonio…ahhh…ohhh…siii cógeme, no salgas de mi, ohhh ya viene, abuelito, ya viene, ahhhh…__ Rubito se deja ir en las manos del viejo que recoge el néctar y lo pasa por el pechito del joven. Encremo los pezones, con el semen, que ya le duelen de tan duros. Larga hasta la última gota, mientras la espada del viejo penetra, horada, juega en el ojete abierto de Rubito. Muerde el cuello y hace que limpie sus manos, el viejo es un amante encarnizado, potente, experimentado. La lengua del chico recoge todo lo largado por el mismo, el éxtasis es total. Ese abuelo lo está haciendo gozar de manera increíble.

Sigue sentándose y levantándose Rubito, en una gimnasia armónica, placentera, la espada sigue dura, no decae. El macho hace gozar al jovencito. Se pierde el perno en el agujero. Las bolas del viejo macho son aplastadas por las nalgas de Rubito, nalgas que el viejo adora. Acaricia, pellizca. Las mueve, las abre, ayudando a que su poronga entre fácilmente hasta el fondo. El túnel del chico esta tan abierto, tan receptivo, tan caliente. Goza de esa serpiente que entra, que lo sacude, lo hace vibrar al chico que es pura calentura, pasión, lujuria.

Renato besa la espalda de Rubito, saca su poronga rocosa, chorreando líquidos. Hace que el joven se acueste boca para arriba. Levanta sus piernas, las pone en sus hombros, busca el agujero y allí se pierde el garrote. Lo mete a fondo, arranca los gemidos del joven nuevamente, esta vez la boca del viejo busca la del chico y mete la lengua en el. Pronto chorrean las salivas de uno y otro. Rubito siente la calidez del machete que juega en su interior. Las bolas golpean, el anillo jugoso se abre al recorrer de la pistola encendida del viejo macho, que muerde el cuello del chico, la saliva le moja las partes por donde pasa esa boca sedienta, avarienta.

Acelera las embestidas. Empuja y empuja. Bombea, mientras Rubito abre las piernas, sabe que pronto recibirá el néctar.

__Te voy a llenar el culito de mi leche, ahhh, nene, que linda cola tienes, que gusto, que placer me estás dando, no sabes, ahhh, ya viene, si, ya viene, toma, toma toda la leche, ahhhh:::__ entre convulsiones espasmódicas el viejo macho llena el ojete del chico que recibe gustoso la miel del amante. Desborda del túnel y empieza a chorrear, saca la vara el viejo amante, y la catarata sale prontamente, cayendo.

El viejo macho aun deja caer las últimas gotas en la piel del jovencito que gime, abierto, lujuriosos, con una mirada demoniaca y salvaje.

El viejo macho se acurruca al lado del jovencito, se besan, perdidos y enloquecidos amantes.

Se tocan uno al lado del otro. Ya ha empezado a anochecer y caen en la cuenta de que tienen hambre. Los dos están desnudos y llenos de leche por todas partes. Rubito acaricia el muslo del viejo macho. Toman aire. Al viejo le gusta fumar después del sexo y busca los cigarros en la mesita. Enciende uno y lo comparte con Rubito. Echan el humo al aire.

__¿Te ha gustado pequeño?__ dice el viejo tiernamente

__Me ha encantado…eres un amante tremendo…

__Tengo experiencia…y los jovencitos como tú me gustan mucho, son un vicio…__ aspira el humo lo retiene unos instantes y luego lo lanza hacia arriba.

__Deberíamos comer algo ¿tú qué dices Rubito?__ pregunta el viejo y lo besa al chico intercambiando el humo.

__El sexo me da hambre…

__Te hare un sándwich o algo ¿quieres?

__Si abuelito dame lo que tú quieras…__ dice Rubito y le da un chirlo en las nalgas al viejo amante que se pone de pie y se encamina a la cocina. El chico lo sigue, se mete bajo el brazo fuerte del hombre que aun se mantiene activo y potente, como el no creería.

Se sienta al borde la mesa, en realidad, apoya  el culo desnudo en el borde de la mesa, su pija cuelga, dormida aún. Mientras Renato busca las cosas y procede a hacer el alimento, sirve unos vasos de gaseosa. Le alcanza al chico, que empieza a comer, luego de haber tirado el cigarrillo.

__Así que te has acostado con muchos chicos…__ indaga Rubito

__Bueno…con muchos…no los he contado…pero si con varios…todos jovencitos…eso si…como tu…quiero decir de tu edad…es un gusto…

__¿Y qué gusto te gustaría darte?

__¿De verdad?

__Si dime, cuéntame tu fantasía..__ el viejo bebe un sorbo.

__Coger a mi nieto Germán…__ la cara de Rubito se ilumina y sonríe bebiendo de su vaso…-
Datos del Relato
  • Autor: MARIO
  • Código: 67861
  • Fecha: 26-04-2024
  • Categoría: Gays
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