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Categoría: Infidelidad

Cuñadas 3era parte y fin

Serían aproximadamente las seis de la mañana cuando abrí mis ojos; la puerta de la recámara se hallaba cerrada. Pensé que Magdalena se abría levantado temprano a hacer las faenas diarias, y para que yo siguiera descansando cerró la puerta del dormitorio. Unos leves murmullos llegaban de la recamara contigua, imagine que sería el televisor. Al cabo de unos minutos pude determinar que no era la televisión lo que emitía esos murmullos; me levante sigilosamente y pegue mi oido al muro que dividía ambas recamaras. Pude oir la voz de Laura suplicando a su hermana que se la chupara con más fuerza. Me reí para mis adentros, una de mis fantasías sexuales era el poder estar presente en una relación entre mujeres, y no desaprovecharía esta oportunidad. Me pusé mi pantalón de mezclilla y salí al corredor, La puerta de la recámara de Magdalena se hallaba cerrada, Lentamente giré el picaporte y abrí muy despacio la puerta. Laura se encontraba sentada sobre la cabecera de la cama con las piernas totalmente abiertas, sus brazos completamente extendidos sobre la misma cabecera y su cabeza hechada hacía atrás. Se podía apreciar que Laura estaba más que disfrutando las chupadas que Magdalena le prodigaba. Pausadamente me dirigí hacía uno de los sillones que se encontraban justo frente a la cama king-side que ambas compartían, sin hacer el menor ruido tomé asiento y me dispuse a seguir contemplando ese cuadro erótico. Así pasaron varios minutos, de repente Magdalena se dejó caer hacía atrás, amarrado a su cintura sé le podía ver un cinturón del cual colgaba un enorme y grueso falo de plástico, yo me sorprendí de inmediato, Laura se sentó justo arriba de su hermana y tomando aquella gran verga la introdujo dentro de su ser, Magdalena pasaba sus manos de la cintura a las diminutas nalgas de Laura y de ahí a los grandes pechos pellizcando los enormes y bellos pezones de Laura, esta ya había estallado de placer en repetidas ocasiones. Ahora Magdalena se había incorporado a medias abrazando a Laura por la cintura, Laura como pudo paso sus piernas alrededor de la cadera de su hermana, y sus brazos se enredaron en el cuello de Magdalena. Ambas se movían frenéticamente y se besaban con pasión, estaban disfrutando de este momento. Magdalena de nueva cuenta se dejo caer de espaldas, momento que Laura aprovecho para ponerse de cunclillas y comenzar a subir y a bajar sobre aquel miembro plastico que tanto placer le estaba provocando. Las manos de Magdalena estrujaban los bellos pechos de Laura, quien al sentir que estaba proxima a un gran orgasmo comenzó un sube y baja de gran frenesí, el rotro de Laura denotaba placer, un placer que había llegado al límite. Sus quejidos iban en aumento, de pronto un silencio de varios segundos se apoderó de la habitación; un último y abrupto quejido salió de la garganta de Laura, quien ya sín fuerzas fue a reposar sobre el cuerpo tendido de Magdalena, esta la recibio con los brazos abiertos, acariciando sus espalda, sus glúteos, su cintura y cadera. Magdalena le susurraba a Laura cosas en el oido, frases que yo no alcanzaba a oir, pero suponía que eran palabras de mucho amor por la forma en que Laura se repegaba al cuerpo de Magdalena.
Laura con aquel miembro plástico todavía dentro de ella, comenzó a mecerse muy despacio mientras besaba la boca de Magdalena, esta no apartaba sus manos de las pequeñas nalgas de Laura, ayudandola a llevar los movimientos con una cadencia perfecta. Para estos momentos yo me hallaba totalmente exitado. Como pude, tratando de no hacer ningún ruido fuí bajando lentamente mi pantalón, mi verga saltó vertiginosa hacía afuera, los diecisiete centimetros de carne se hallaban a su máximo; la tomé entre mis manos y comencé a acariciar mi falo. No perdía sín embargo detalle de lo que estaba aconteciendo en aquella cama, laura había vuelto a llegar, pude oir la voz de Magdalena pidiendo a Laura ponerse aquel cinturon, justo cuando Laura se levantó de la cama volteó sus ojos hacía aquel rincón donde yo me hallaba, una risa maliciosa se dibujo en su boca, yo no atinaba que hacer, no sabía si pararme y dirijirme hacía ellas o seguir siendo un simple espectador. Magdalena que no perdía detalle, al ver la sonrisa de su hermana volteó hacía el mismo lugar, al verme se sonrio y me lanzó un hola. Laura sin perderme de vista, comenzó a atarse aquel cinturón, por fín pude ver bien el tamaño impresionante de aquella verga de plástico, era de unos treinta centimetros de longitud y de un grueso espectacular, Terminado de atar aquel cinturón Laura volvió a recostarse junto a Magdalena, ambas comenzarón de nuevo a acariciarse, a besarse, a entregarse sin reservas la una a la otra. Poco a poco Laura fué subiendose sobre el cuerpo de Magdalena, esta abrio sus piernas dispuesta a sentir aquella verga de plástico, con una de sus manos tomó aquel miembro y lo dirijio justo a su sexo. Laura comenzó a introducirlo, sus caderas se movian justo lo necesario para ir explorando aquel camino paso a paso. Las manos de Magdalena iban y venían una y otra vez sobre toda la espalda y las nalgas de su hermana, y cada vez que llegaban a este punto las atraía sobre de ella. Yo estaba embelesado observando como iba entrando aquel gran miembro de plástico en la vagina de Magdalena, Laura habilmente en un solo movimiento termino de introducirlo, lo cual provocó que Magdalena lanzara un fuerte quejido, y atrapara las nalgas de su hermana como si quisiera sentir mucho más ese pene. Laura se puso de rodillas sacandolo e introduciendolo todo ritmicamente, Magdalena cerró sus ojos, puso sus manos estiradas a los costados y siguio disfrutando los embates de su hermana.
Yo estaba completamente exitado, mi verga se hallaba completamente erecta, quería ser participe de aquel juego de lujuria y pasión. Quise incorporarme y lanzarme sobre ellas, más me contuve; quería que Laura terminara con Magdalena.
Los pechos de Magdalena se bamboleaban al ritmo y empuje de Laura, quien para este momento ya había puesto las piernas de Magdalena sobre sus hombros y había comenzado un vaiven más frenético. La respiración de Magdalena se hacía cada vez más intensa, su rostro denotaba un rictus de placer, por fín dejó escapar un intenso quejido, signo inequivoco de haber llegado a la cumbre del placer. Fué justo el instante que aproveche para unirme a ellas, Laura me recibio con un beso ardiente, mientras Magdalena me la chupaba; mis manos se posaron sobre los enormes pechos de Laura los cuales yo acariciaba y oprimía. Me deja caer de espaldas invitando a Magdalena a montarme, ella retiro con la mano el gran falo de plástico que todavía se hallaba dentro de ella, y fué a recostarse sobre mí. Tome una de las manos de Laura y la puse sobre las nalgas de Magdalena, Laura comprendió de inmediato aquel significado, hincada detrás de Magdalena comenzó a introducirse por el ano. Magdalena se hallaba hecha una furia, sus movimientos estaban destinados a sentir el máximo de placer que le estabamos ofreciendo. Puse ambas manos sobre el culo de Magdalena intentando abrir más sus nalgas, a fín de poder ofrecerle a Laura la menor resistencia para que pudiera entrar toda, Magdalena alzó su rostro y nuestras míradas se cruzaron; pude ver que ella se hallaba disfrutando este momento, acercó más su rostro al mío y nos fundimos en un beso largo y apasionado. No tardó mucho en volver a estallar en éxtasis. Laura se retiro en ese momento, Magdalena se giro sobre mí cayendo a un costado mío, se hallaba completamente exhausta, rendida. Poco a poco me incorporé y sujeté a Laura de la cintura atrayendola hacía mí, con mucho cuidado le quite aquel cinturón y lo arroje a un lado de la cama, ambos nos mirábamos, ella tomo mi pene entre sus manos y comenzó a frotarlo, mientras mis manos recorrían todo su cuerpo. Dicen que una mírada vale más que mil palabras y eso era cierto, con solo mirarnos decidimos todo que haríamos. Laura se tendió sobre la cama y yo me puse sobre su abdomén, mi verga quedaba justo entre sus dos grandes senos los cuales tome entre mis manos y comencé a masturbarme. Ella mientras tanto se deleitaba acariciandome todo. Poco a poco comenzó a darse vuelta sobre sí misma y quedando de espaldas. Yo me acoste sobre ella besando su espalda, sus orejas, su cuello. Lentamente fuí bajando, ya había llenado de besos toda la delgada espalda de laura, al toparme con sus diminutas nalgas las bese tiernamente, mientras una de mis manos comenzaba a hurgar entre sus piernas. Al llegar a la parte interior de sus muslos, Laura se hallaba completamente encendida, mis besos eran cada vez mas ardientes. Mire de reojo hacía el lugar que ocupaba Magdalena, esta se hallaba observando la escena. No perdía detalle de lo que estaba ocurriendo; una de sus manos recorría circularmente el bello púbico de su vagina; ella tambien buscaba lentamente la satisfacción del momento. Me incorporé de la cama y le extendí mi mano a Laura, para ayudarla a incorporarse. Al tenerla junto a mi pase mis brazos por su diminuta cintura, ella hecho la cabeza hacía atras ofreciendome sus exquisitos pechos, yo comencé a besarlos y a morder sus grandes pezones, mientras mis manos acariciaban sus nalgas y sus largos muslos; ella había entrelazado sus manos en mi nuca, momento que aproveche para tomarla por los muslos y cargarla. Ella enredo sus piernas en mi espalda y mi verga se introdujo dentro de su tibia y humeda vagina; yo la tome por las nalgas y comencé a elevarla y a dejarla caer, siempre tratando de que sintiera toda la extensión de mi verga. Laura había aprisionado mi boca contra la suya, el movimiento de su lengua dentro de mi boca me hacía saber lo exitada que se encontraba, de pronto llevó su cabeza hacía atrás y dejo escapar un grito de intenso placer, seguido de una serie de movimientos pélvicos que solo demostraban que había llegado al climax. La llevé cargando hacía la cómoda que se hallaba al otro lado de la recámara, la mírada conscupisente de Magdalena nos seguía sín perder detalle, llegué a la cómoda y baje a laura de mí, acomodandola sobre la cómoda, ella se tiro hacía atras y yo de nueva cuenta la penetre, mis manos de posaron el sus pechos, los cuales estrujaba cada vez que metía mi verga en su vagina. Mis movimientos eran lentos, calculados para ofrecer el mayor placer. Pues en cada embate que propinaba, toda mi verga rozaba su clítoris, provocando con esto que Laura se derritiera de placer. Baje lentamente mis manos por todo sus cuerpo, acariciándolo; la mirada de Laura no se apartaba de mí, mientras ahora, sus manos acariciaban sus enormes pechos. Tomé sus piernas y las levanté juntando ambas, propiciando con esto una mayor estrechez de su vagina, mis movimientos eran ahora un poco más fuertes, lo cual le ocasionaba un mayor placer a Laura, así la tuve durante unos cuantos minutos, jugando con ella, abriendo y cerrando sus largas piernas en sincronía con mis movimientos. Lentamente me salí de ella y me dirijí hacía uno de los sillones donde minutos antes apreciaba aquellas escenas candentes entre mis cuñadas, me senté y espere a que Laura me hiciera compañía. Su caminar era acompasado, lento; la miré disfrutando cada movimiento de su esbelto cuerpo. Sus pechos rebotaban en el aire con cada paso que daba, al llegar a mí se quedo de pie, tomó mi cabeza con ambas manos y levantando una de sus piernas y posándola sobre el sillón me atrajo hacia su sexo; yo tomé su cintura con mis manos y me dispuse a chupar su bella vagina. Mi lengua recorría de arriba a abajo aquella deliciosa humedad, y mis manos comenzaban a recorrer con suma delicadeza sus pequeñas nalgas, atrayéndola hacia mí. Laura comenzó a gemir, mi lengua no paraba de jugar con su clítoris, a veces con movimientos rápidos y otras golpeando con la punta de mi lengua aquel bello monticulo que se abría paso entre sus delicados labios vaginales. Por fín alcanzo el orgasmo, sus manos me atrajeron con más fuerza sobre su sexo, como sí tratara de introducir todo mi ser dentro de ella, sus jadeos se incrementaron de tal manera que yo deseaba introducirme todo dentro de ella. Poco a poco fue reduciendo la presión que ejercia sobre mi cabeza, de tal forma que de nueva cuenta yo comencé a lamer delicadamente su vagina. Para este momento Magdalena había comenzado a masturbarse frenéticamente, los dedos de su mano derecha no paraban de rozar la parte alta de su vagina, mientras chupaba insistentemente sus dedos índice y central de su mano izquierda. Laura se separo de mí en este momento y cogio el cinturon que se hallaba a un lado de cama y comenzó de nueva cuenta a atarlo alrededor de su cintura. Magdalena retiró los dedos de su boca y la llamó estirando su mano, Laura se monto a ella comenzando a introducir el miembro plastico en Magdalena, yo seguí a Laura y tomé posición detrás de ella. Al comenzar a cogerse a Magdalena, las pequeñas nalgas de Laura golpeaban constantemente mi verga. Como pude detuve el ritmo que había alcanzado Laura, y comencé a introducir mi verga por entre sus nalgas; rapidamente me hallé de nueva cuenta dentro de su ano. Laura al sentir que me hallaba dentro de ella, comenzó otra vez a follarse a Magadalena, pero ahora sus movimientos eran pausados, quería darle a su hermana el mismo placer que ella estaba recibiendo, yo estaba estático, quería que Laura llevara el ritmo. La escena que estaba viviendo en esos momentos era inolvidable, podía ver mi miembro entrar y salir de aquel orificio cada vez que Laura entraba y salia de la vagina de Magdalena. No paso mucho tiempo para que Magdalena alcanzara un gran orgasmo, sus espasmos casí provocaron que yo llegara, pero pude contenerme. Atraje a Laura hacía mí procurando no salirme de ella, aprete sus pechos y le ordene a Magdalena que ahora se pusiera en cuatro puntos, para que Laura se la metiera por detrás, esta acepto gustosa y rapidamente le ofrecía a Laura sus enormes nalgas. Yo puse una de mis manos sobre el culo de Magdalena y con mi otra mano sujete la verga plastica que colgaba de la cintura de Laura, Laura mientras tanto había puesto sus manos en mis nalgas y con pequeños movimientos trataba de introducir todo mi falo dentro de ella, por fín ví que la gran cabeza comenzaba a introducirse dentro de Magdalena, Laura quito sus manos de mí, y ahora comenzaba a sobar la espalda y las nalgas de Magdalena, yo mientras tanto besaba el cuello, la espalda y la nuca de Laura, mis manos se posaron sobre aquellos grandes pechos y comencé un movimiento lento y cadencioso, sabía que no faltaba mucho para llegar al climax, por lo cual poco a poco incremente el ritmo. Magdalena no dejaba de pedirle a Laura que la introdujera toda, que deseaba sentirla toda dentro de ella a lo cual laura tomo por la cintura a su hermana y en un movimiento rápido y furioso introdujo más de la mitad de aquella gran verga dentro de su hermana, provocando que mi pene casi se saliera. Al sentir esto Laura y yo comenzamos a incrementar nuestros movimientos, para este momento todos estabamos gimiendo, de repente Laura comenzó a sacudirse, estaba entrando a la etapa final de un gran orgasmo, por lo cual introduje dos o tres veces más mi verga en sus ano y me corrí, Magdalena al sentir nuestros espasmos lanzo un gran grito de satisfacción y se dejo caer sobre la cama. Mis chorros de leche se resbalaban por entre las piernas de Laura quien al sentir que me salia de ella se dejo caer al lado de su hermana, exhausta. Yo me deje caer entre las dos. Nuestros cuerpos se encontraban completamente bañados en sudor, gire mi cabeza al lado donde se encontraba laura y atraje su cabeza hacia mí, un pequeño beso fue suficiente para agradecerle. Magdalena dejo escapar un largo suspiro seguido de un ¡que rico!, Laura y yo nos reimos, todo había acabado. Estuvimos recostados por un largo rato, por momentos acariciaba el cuerpo de Laura y por momentos el cuerpo de Magdalena, ambas habían puesto su cabeza en mi pecho y acariciaban todo mi cuerpo, yo cerre mis ojos al igual que ellas y los tres nos quedamos completamente dormidos.

Serían aproximadamente las 9 de la mañana cuando el timbre del teléfono nos despertó, Magdalena se incorporó pesadamente y tomó el auricular; balbuceó unas cuantas frases y colgó. lentamente se dejo caer de nueva cuenta en la cama y nos comentó que la que había llamado era Isaura mi esposa, quien le había comentado que estaba en camino hacía Toluca, que llegaría en aproximadamente una hora. Laura se rió y comento que gracias a Dios y había hablado, que nos imaginaramos que habría pasado si hubiera encontrado a sus hermanas desayunandose a su esposo, yo reí de buena gana les dí un beso a ambas y me dirijí al cuarto de baño.

Han pasado casi cuatro meses desde aquel encuentro con mis cuñadas, he seguido pasando a casa de Magdalena cada vez que vengo de Guadalajara, algunas veces esta sola y otras no. Nuestros encuentros han sido formidables; ella a comprado un ejemplar del Kama-Sutra y está más que empeñada en que intentemos todas las posiciones posibles, yo he estado de acuerdo. Laura se fué una temporada a Estados Unidos, de vez en cuando nos ponemos de acuerdo para ingresar a una sala de chat y conversar de temas calientes; ambos terminamos masturbandonos y riendonos.

Adios.


Fin.
Datos del Relato
  • Autor: Erehache
  • Código: 15029
  • Fecha: 21-06-2005
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 4.79
  • Votos: 47
  • Envios: 3
  • Lecturas: 3457
  • Valoración:
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