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Categoría: Confesiones

SORPRESAS DE TRABAJO

La cadena de tiendas con la cual habíamos firmado un contrato, habría una tienda en un departamento de la costa sur, razón por la cual les notifiqué a las señoritas colocoadoras de productos en góndolas, que se fueran hacia ese lugar. Yo fuí porque imperiosamente quería volverme a coger a Delia, quién hacía dos meses me había convertido en padre de su hijo. Cuando llegué al lugar, en vez de ella y otra chica, mi madre adrede envió otras dos chicas, por cierto oriundas de la finca de donde era Delia. El evento terminó pasadas las diez de la noche, ellas se iban a quedar en un hotelito, cuya habitación solo tenía un ventilador de techo de aspas, y con el calor que hacía en ese pueblo, les dije que se irían a dormir en una casita de playa que tenemos a 30 minutos del lugar. Ellas al día siguiente tenían planificado ir a la playa, por lo que llevaban traje de baño, al llegar a la casa de playa les dije que si querían meterse a la piscina que lo hicieran, y mientras tanto yo iba por comida y bebida. Al verlas en calzoneta, fué un espectáculo tenían unos cuerpos espectáculares, pechos medianos cintura delgada, culos paraditos y que piernas tan tornadas, morenas lindas. Ya viendo televisión la más chica de ellas, 18 años a lo sumo, se retiró a dormir. Carmelina se quedó acompañandome, era de 24 años de edad, madre soltera de una niña de 3 años, nos tomamos unas cervezas más y ya casi daban las dos de la mañana. De repente, se me queda viendo y me dice: Yo soy muy amiga de Tita, la hija de doña Regina, y en una ocación me contó que en la casa grande de la Finca, se quedó a dormir con Usted, y que la pasó super bién, y que usted tiene un miembro grande y grueso, y me gustaría mucho acostarme con Usted, y sentir lo que Tita sintió.

Ella aún estaba con su traje de baño, se quitó la toalla con la que se cubría, y se quitó la parte superior de su bikini. eran unos pechos morenos deliciosos, me los acercó a la boca y empezé a lamerlos y chuparlos, que delicia de pechos, los sentí endurecerse, y sus pezones erectos, le quité la parte faltante del bikini, y ví su almeja depilada, con un clítoris enorme rosadito pálido, casi blanco, sus labios morenos, y tenía super humeda la vagina, se la lamí del ano al clítoris. ella me bajo la bermuda y se quedo estupefacta al ver columpiandose la hermosa verga gruesa de ocho pulgadas, la lamió y chupó a su antojo, la coloqué en cuatro y de un solo envión se la topé, fué un gemido de dolor y placer a la vez, le di como diez minutos, y cuando yo le estaba echando mis chorros de leche se vino en un orgasmo tremendo que gritó, que despertó a Bertha la otra chica, que cuando entró a la sala asustada, yo aún estaba descargando mi semen en Carmelina, ella sólo dijo perdón y cuando dió la vuelta para regresar a su dormitorio, Carmelina la llamó para decirle no te vayas quiero que mirés este lujo de verga. Bertha, se quedó sorprendida, y sólo dijo: Yo no le creí a Tita sobre el tamaño, pero es inmenso. Carmelina se fué y le dijo acaricialo ahora tú yo me voy a dormir. Bertha estaba toda cortada no sabía que hacer, estaba sonrojada y sólo atinó a decirme: que quiere que haga? yo nunca he estado con un hombre aún soy virgen, Escuchar eso me puso a mil, solo le dije acompañame a la piscina, y desnudos nos metimos los dos, sus pechos eran chicos pero durísimos, su vagina de un triangulito de pelos finos y cortos, negritos, su vagina era más chica que la de carmelina pero de labios gruesos y clítoris pequeñito, lamiendo y chupando en el borde la piscina la hice venirse, ella me chupò la verga y poco a poco se volvió experta, antes de venirme le pedí que fuéramos a la habitación, allí me dijo que no la fuera a romper, que solo se la pasara por encima. ella se sentó sobre mi y pasaba toda su raja a lo largo del tronco, estaba superhúmeda, sentía deslizarse mi verga en todo lo largo de su rajita, ella estaba super caliente, la puse boca arriba y le deslizé la cabeza entre su vulvita tibia, la metía y sacaba, le empujé con fuerza y sentí lo duro de su himen ella gimió, y me dijo más suavecito que me duele, puso sus talones en mis nalgas y me dijo: métala con cuidado, sentí la ruptura del himen, y me fuí al fondo, sus lagrimas corrían hacia sus pómulos,besé son suavidad sus labios, y me fuí metiendo lentamente hasta toparla toda, poco a poco se fué acostumbrando a mi tronco, hasta hacerla gozar, agarró mi ritmo y luego al mismo tiempo nos corrimos los dos, en la sána quedó el recuerdo de liquido semen y sangre. Todo el día siguiente la pasamos follando los tres, lo que me pregunto es: Y a cuantas personas le contaría Tita que folló conmigo? lo más seguro es que cuando vaya a la finca visitaré más seguido las rancherías porque que mujeres tan bonitas y calientes hay por ese lugar. Tanto Carmelina como Bertha en los dos años siguientes me hicieron olvidar el deseo por volver a tener a Delia, quién por supuesto después me extraño y volvió a convivir conmigo.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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