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Sexo con las hermanas

~~Habia un señor que, llamaremos Pantaleon, que tenia cuatro hijas. Una de ellas tenia de edad veintiuno, era un chupete, yo tenia veintidos. Que culito. De paso que le fascinaban las minifaldas hasta donde la marca de la ropa interior se anuncia. Una delicia. No era grande. Una estatura de un metro sesenta y cinco o algo asi, pero era blanca como dorada, mas o menos y rejuguetona, como toda joven de su edad. Dulce e ingenua, pero con una picardia digna de sus añicos.
 El papa trabajaba como constructor, mejor dicho, encargado de la construccion o jefe de albañiles, ya no se ni como llamarlo, lo cierto es que en la sala de estar tenia un escritorio y cuando sus hijas me entraban a su casa, alli nos la pasabamos hablando quien sabe de que. A mi me gustaba mucho sentarme en la silla detras del escritorio, al estilo secretario y ellas enfrente. Cuando abrian las piernas por algun movimiento voluntario o inconsciente, la lengua se me retorcia dentro de la boca y esta se me hacia agua. A Carolina, le fascinaba estar de pie a mi lado recostada sobre el escritorio viendo a sus hermanas. Me enseñaba aquel trasero que me trastornaba. Yo bajaba la mano y se la pasaba entre las piernas, ella las abria, y yo llegaba hasta sus entrepiernas y con mi dedo le hacia a un lado el borde de su ropa intima y le frotaba toda la cosita. Una poderosa ereccion me desgarraba el pantalon. Las otras, creo, sabian lo que pasaba, pues se hacian las locas. A veces se salian con el pretexto de ir a buscar algo de tomar o de comer. Carolina abria las piernas y se me sentaba besandome furtivamente, desesperadamente, con rapidez, como si nos iban a descubrir. Aun con la bragueta cerrada yo sentia lo blandito y humedo de su sexo. Ella se frotaba y se frotaba contra mi bragueta y cuando se oia que sus hermanas venian, volvia a la misma posicion para no despertar sospechas.
 Un dia no aguante mas el jueguito y, mientras las otras se preparaban para ir a traer los refrescos, ya me saque el instrumento bien erguido, pero tuve cuidado de disimularlo debajo del escritorio. Cuando ella se me sento, abrio los ojos como dos soles, enormes y, miro hacia abajo. Uy, todo eso me quieres meter, me dijo con los ojos desorbitados. Eso no se mete, solo se frota, le dije yo con la voz casi perdida de la desesperacion de penetrarla, muriendome... La cogi por la cintura y la abrace con delicadeza, pero firmemente. Ella al sentir aquello desnudo, mas se frotaba y se frotaba y se frotaba. De tan mojada que tenia la ropa interior que se hizo a un lado sin pedirselo. Aquella introduccion fue gloriosa. Yo navegaba en un torbellino tumultuoso de pasion, de agonia, de, de no se que, de sentir como ella estaba introduciendose todo aquello saboreandolo despacito, muy despacito, y no pude contener un gran orgasmo y una tremenda eyaculacion la hizo retorcerse y lograr varios orgasmos simultaneos. Ella me mordio las orejas, los labios, el cuello y no me soltaba, queria como fundirse conmigo. El ruido que hicieron sus hermanas la hizo saltar y volver a colocarse a la par mia. Yo apenas si tuve tiempo de empujar la silla hasta que el escritorio me topo el pecho, para ocultar los chisguetes de esperma que todavia estaban saliendome, manchando la parte de abajo del escritorio.
 Al nomas entrar, sus hermanas dijeron, olfateando como perritas, que raro huele aqui. Claro, era el olor del esperma y el sexo. Porque tienen la cara colorada, ustedes?. Eee... es que nos acabamos de contar un chiste colorado. Verdad?, me dijo. Si le dije yo con el aliento sofocado. Estan como si hubieran corrido unas dos cuadras. Que barbaros. Yo solo me reia como un idiota. Como pude me fui cerrando la bragueta. Ni cuenta me di que tenia todo el pantalon mojado de los orgasmos de Carolina. Esa fue la tarde mas penosa para mi. Tuve que prolongar mi estancia y luego salir de medio lado porque todavia tenia parado el instrumento. Ese culito no se me podia ir. Tengo que poseerla hasta que quede satisfecho, me dije.
 Otro dia Carolina les pidio a sus hermanas que prepararan algo de comer, pero delicioso, que se tomaran su tiempo. Las otras tres se fueron a la cocina. Esta vez ella tenia una falda mas larga que de costumbre y yo no le podia ver su G string. Al nomas salir sus hermanas se me sento con tanta angustia que no me tenia que pedir en me pusiera erecto. Desde el momento en que les pidio a sus hermanas que salieran, yo ya estaba tieso. No tenia ninguna prenda abajo!!!. Ah, que delicia. Tenia una punteria esta nena que no necesitaba ninguna guia. Me ha cogido con tanta fuerza que yo sentia que me lo iba a arrancar todo desde la base de tanto que me apretaba. Aaaahhhhh!!! me vine con una fuerza terrible y ella se apreto aun mas contra mi y emitia quejidos casi imperceptibles, como perrita quejandose. Se quedo ensartada y me la volvio a parar y otra vez me hizo llegar a otra tremenda eyaculacion. El ruido de sus hermanas la hizo salir corriendo para despistar. Se fue a lavar o a bañar, quien sabe, lo cierto es que regreso fresca como una florecita. Divina. Sus hermanas me miraban y me miraban. Yo a penas podia contener lo asofocado. La respiracion estaba acelerada. Por mas que me preguntaron, yo no fui capaz de articular ninguna palabra. Ademas no deseaba hablar babosadas, solo queria saborear aquellos polvazos que me habian enviado hasta el mismo cielo.
 Con los dias, la hermana que le seguia se coloco en su lugar. Carolina se sento enfrente de mi enseñandome su entrepiernas, no llevaba nada abajo. Yo comprendi el jueguito y le meti mano a su hermana. Las piernas le escurrian de tan caliente que estaba. Aquel sexo era mas grande que el de su hermana, pero en lo caliente no habia diferencia. Las otras salieron y Rebeca, que asi se llama, me miro como diciendome: cogeme a mi tambien. No espere mas y empece a besarla. Ella tenia una falda mucho mas larga que la de su hermana y tampoco llevaba nada abajo. Se frotaba y se frotaba con mi instrumento hasta que solita se empalo y se fue a fondo. Subia hasta la puntita y luego bajaba como una estocada y hacia movimiento de rotacion que yo no pude soportar y que me vengo en una gran eyaculacion: Aaahhh... Ooohhh... ay, que rico, que rico, me decia ella. No te vayas a salir, no te vayas a salir, me decia mientras subia y bajaba freneticamente hasta que me obligo a eyacular otra vez: Aaaahhhh!!!. La respiracion la hacia con la boca abierta y ella mas me estrechaba y no se me despegaba. ?sta tenia experiencia. Tus hermanas van a venir, medio pude decirle con la respiracion entrecortada. No, hasta que yo les avise, me contesto y se sento en el escritorio con las piernas abiertas. No tuve otra opcion y le empece a chupar el clitoris. Yo tenia la boca como si estuviera comiendo mango maduro. Babeaba y babeaba de tanto liquido orgasmico. Todo se me escurria. Aaaahhhh uuummm y grito ella viniendose en un tremendo orgasmo. Que rico, que rico, pero que rico aaahhh. Yo le veia la cara como desconcertada, los ojos trabados, la cabeza completamente hacia atras. Se veia como si no supiera que poseia esos dones. Ni me habia fijado que tenia una cubeta con agua y una toalla y me lavo la cara y mis partes intimas. Arreglate bien, ahorita vengo, me dijo. Yo volvi a mi posicion de secretario. Las otras tres llevaron toda clase de golosinas y de refrescos. La mas vieja me miraba con cara de angustia, como diciendome: la proxima soy yo.
 Asi es que las tres me llevaron al cielo. Una tarde me llevaron al cuarto de la mas grande con el pretexto de mostrarme unas fotos que tenian en las paredes. Ni cuenta me di que la otra hermana habia sido designada a cuidar la puerta principal. Su papa trabajaba, no habia problema, pero su mama habia salido y ellas creian que habia ido a comadrear con la señora de la tienda, siempre lo hacia.
 Me acostaron en la cama muy juguetonas y poco a poco se fueron quitando la ropa. Que culitos!!!. Ooohhh, que divinas!!!. Me desnudaron, cada una atacandose a una prenda hasta dejarme como una lombriz. Mi instrumento llegaba hasta el techo. Mientras una me besaba la boca, otra me besaba las piernas y otra me chupaba el chupete con desesperacion. Carolina se me sento en la boca y yo senti la gloria chupando aquel clitoris tan divino. Las otras dos tenian mi miembro entre sus labios, una de cada lado y subian juntas y bajaban juntas. La mas grande se sento dandome la espalda y la otra me mordia los testiculos. Yo le mordia todo a Carolina. Carolina rugia, lloraba, se retorcia en mi boca, me bañaba toda la cara y no dejaba de ir y venir en mi lengua. Magdalena, la mas grande subia despacito, muy despacito y bajaba igualmente. Rebeca hacia lo mismo con su boca, seguia el movimiento de su hermana. Cuando yo me hice un arco para eyacular poniendome tieso, tieso, Rebeca la saco de la vagina de su hermana para que el chorro de esperma pasara entre sus labios y los labios vaginales de la otra: Aaaahhhh, gritaba yo. Una por una se fueron sentando y me hicieron llegar hasta el mismo paraiso. De repente la hermana toco la puerta muy fuerte y dos de ellas salieron corriendo a vestirse a otro lado. La mas grande me encerro en su armario con todas mis chivas. A mi el corazon se me salia del pecho de la emocion, del esfuerzo y de la angustia. Que tal si me ve la vieja y me obliga a casarme con alguna de ellas, estoy frito. No se ni como se las arreglaron, pero la señora volvio a salir y me vistieron y me besaron con gran pasion y lujuria y me fui a la casa.
 Muchas tardes pasamos en ese jueguito hasta que me canse. Que divinas.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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