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"El quedó deslumbrado por sus fotos y relatos y quedaron en encontrarse y aquí lo sucedido entre Gonza y Piru, nuestros protagonistas."
Encuentro Fantaseado
(Entre Piru y Gonza)
Después de leer sus relatos en la red y ver algunas de sus fotos, Gonza decidió mandarle un mail en agradecimiento y comentarle que tanto sus fotos como sus relatos lo habían dejado muy caliente y fantaseaba con tener un encuentro con ella.
Aprovechó la oportunidad para pedirle fotos o para saber donde podría ver más fotos de ella y agradecerle por tan bellos ratones que había despertado en él.
Para su sorpresa, Piru le respondió el mail y le indicó qué páginas visitar y él pudo observarla, lo cual aumentaba su calentura por esa hermosa mujer, "dueña de todos sus ratones", por los distintos mail que se empezaron a intercambiar, en los cuales se comentaban sus fantasías, intuyeron que conocerse personalmente iba a ser más que difícil, pues ellos viven en ciudades muy alejadas y las obligaciones laborales de cada uno hacían más complicada la situación.
Pero en una ocasión, a través del mail, ambos coordinaron por casualidad que viajarían a la Capital por cuestiones laborales y allí sería una buena posibilidad para conocerse personalmente, aclarando, de antemano, que era todo sin compromiso alguno.
En la confitería del Hotel, Gonza esperaba ansioso la llegada de su amiga virtual, era un momento de ansiedad mezclado con dudas y temores, dudas de que quizás ella no fuera a la cita acordada.
Mientras completaba cosas en su agenda, para matar el tiempo, siente una dulce vos que pregunta y menciona su nombre, cuando eleva la cabeza queda atónito al reconocer a Piru, aunque personalmente se veía mucho más hermosa que en las fotos.
Inmediatamente se levanta de su silla y la saluda con un beso en la mejilla, muy cerca de sus labios. Ella estaba vestida muy elegantemente, con un vestido negro con un recatado escote, el cual dejaba vislumbrar una pequeña parte de sus hermosos y grandes pechos.
Mientras tomaban café y conversaban entre risas, se percibía en el ambiente una cierta química de seducción, cada tanto como en un descuido se rozaban sus manos, mientras ambos se devoraban con la mirada.
Al cabo de una hora, Piru se levantó para ir al toillette, y él pudo observar ese cuerpo con el que tantas veces había fantaseado poseer.
Al regresar, ella le comento que tenía que marcharse a realizar unos trámites laborales y acordaron, entonces, en salir a cenar esa noche.
Hasta el momento de encontrarse nuevamente, él recordaba la sonrisa de esa bella mujer y sus provocativos labios, los cuales había visto en las fotos chupar la verga de su marido y recordaba haber leído que ella era una experta en el sexo oral, y deseaba tener la ocasión de comprobarlo él mismo.
A la hora convenida se encontraron a cenar.
Ella estaba increíble, con un conjunto de pollera y trajecito el cual dejaba vislumbrar una camisita blanca semi trasparente. Luego de comer y beber en abundancia, pidieron unos whiskys para brindar por ese encuentro, aprovecharon que en el resto había una pista de baile y se dirigieron a bailar.
Al principio lo hacían de manera separada, solamente tomados de las manos, luego comenzaron a bailar de forma lenta, muy apretaditos y bien abrazados, lo que provocó en él una terrible erección.
Al notar ella la situación sonrió de manera cómplice y apoyó su cabeza sobre su hombro.
Gonza podía sentir esas hermosas tetas rozar en su cuerpo y suavemente acariciaba con sus dedos, toda su espalda y su cintura. Se animó tímidamente a besar su cuello, teniendo miedo por la reacción de ella, pero para su sorpresa ella comenzó a jugar con su pelo, le acariciaba la nuca y él la apretó más contra su cuerpo.
En ese momento ella soltó un leve gemido, lo cual le indicó que iba por el camino correcto, después se fundieron en un beso largo, húmedo y apasionado, la situación estaba llegando al límite, cuando ambos decidieron ir a un lugar más cómodo.
Al llegar al hotel, se fusionaron en otro beso interminable y sus manos recorrían todos los rincones de sus cuerpos, lentamente se empezaron a desvestir uno al otro, de una manera suave y delicada.
Gonza, al ver sus pechos que tanto había deseado los tomó entre sus manos, los amasó suavemente y jugando con sus labios sobre esos pezones erectos comenzó a besarlos, muy lentamente, prolongando ese momento mágico.
Les daba leve mordisquitos a los pezones y succionaba de manera que ambos pezones quedaban dentro de su boca.
Ella lentamente acariciaba su verga súper erecta, mientras besaba todo su cuello, él la tomo entre sus brazos y la llevó y acomodó sobre la cama, ahí estaba ella totalmente desnuda recostada sobre esa cama que también esperaba ansiosa.
Gonza recorría todo el cuerpo de Piru con besos suaves, saboreaba su piel exquisita, centímetro a centímetro, mientras besaba sus piernas acariciaba sus pechos, con sus manos contorneaba todo ese magnífico cuerpo, con el que muchas veces había fantaseado.
Se acomodaron lentamente y comenzaron con un delicioso 69, y ahí comprobó que lo que muchas veces había leído en los relatos era cierto, que estaba ante una diosa de la succión, mientras se chupaban mutuamente él escuchaba los susurros y gemidos que emitía su compañera, lo cual revelaba la proximidad de ese tan preciado orgasmo.
Pronto a venir, levemente fueron girando hasta quedar Gonza entre la piernas de Piru, y se preparaban para lo que sería su primera penetración.
Gonza tomó su verga y la dirigió a la entrada de esa chorreante, caliente y húmeda conchita que pedía ser llenada sin más, suavemente con la cabeza de su verga comenzó a rozar en forma circular el clítoris de ella y lentamente la fue penetrando, muy de a poco hasta dejar depositados en ella todos sus 18 x 6 cm de verga.
Con movimientos leves al principio y más frenéticos después, acompasados por el movimiento de sus cuerpos, los suspiros y jadeos de ambos anunciaban lo que sería el momento más sublime de ese encuentro, momento que no sería el único, pues la noche recién estaba comenzando...
(cont)
Gonza
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