Echado en su cama, solo, pensaba que sería bueno estar con una mujer al lado. Cerró las ventanas de su cuarto y corrió las cortinas. Caminó hacia el equipo de vh, lo prendió, cogió un video porno y lo puso; bajó el volumen y se echó, cómodamente, en su lecho.

Imágenes de hermosas mujeres desnudas, masturbándose entre ellas; luego, aparecían ellos, hermosos jóvenes de un físico como los dioses del olimpo. El encuentro entre ellas y ellas, como el juego del placer de los dioses, parecía no tener fin. La belleza unida a la belleza, produce el embrujo a los ojos de un iracundo mundano.

El corazón comenzó a rechinarle de efervescencia. Bajó sus pantalones, sus calzoncillos, su camisa, sus medias hasta quedarse con su pellejo, pelado.

Se levanta, siempre sin quitar la vista al balie de los dioses. Coge una pomada, un lubricante que suaviza fricciones. Se lo unta en sus manos, en su miembro, en su culo, siempre mirando a los dioses por la ventana de un video, y empieza con su mano derecha a correrle al miembro, con la izquierda la introduce al culo; al principio suave, siempre mirando por la mágica ventana, después mas fuerte, mas rápido, aplastándola con rabia, como buscando el rincón que inflama su des de placer, de sentirse uno, pleno.

Dejó de mirar a los dioses. Cerró los ojos. Su cuerpo era como una serpiente, como una rueda de fuegos artificiales que iluminaban su existencia, “¡Oh, delicioso placer!” – gritó.
De pronto, sintió que un río de vida pasaba por su cuerpo, haciéndole vibrar el cuerpo, como si fuera el arco de luz entre dos polos de un foco… era el éxtasis, la furia vital, el ofrenda de los cielos… el impulso vital.

Como una fuerza no humana aquella fuerza salió a través del ojillo de su miembro, como lava de un volcán, embarrando su campo, su piel de esa estela blanquizca. Relajado y mirando al techo de su cuarto, miró su miembro embarrado de semen por todos lados. Miró el video y le pareció sucio, chao, ordinario. Se levanto y lo apagó. Cogió papel y se limpió.

Se bañó, se vistió y fue a echarse en su cama, pensando que sería bueno tener a una mujer a su lado, pero, eso sería una incógnita, un compromiso, una diosa vomitada del olimpo… como él…


JOE 13/05/094